El Jurado seleccionó 26 obras de México, Perú, Argentina, Ecuador, Brasil, Chile y Colombia que hacen parte de la exposición que comenzó su itinerancia en la Biblioteca Pública Virgilio Barco.
En ceremonia de premiación, realizada el 24 de octubre en la Biblioteca Pública Virgilio Barco en Bogotá – Colombia, se entregaron los galardones del Premio Latinoamericano de Arquitectura Rogelio Salmona: espacios abiertos/espacios colectivos, en sus categorías Latinoamérica y Colombia. En la primera, el ganador fue el proyecto UVA Tanques EPM – Tanques de agua como parques públicos, de Medellín y para el caso de Colombia, fue premiado el proyecto Parque Educativo Saberes Ancestrales en Vigía del Fuerte, Antioquia.
El cuarto ciclo del Premio consolida la misión de la Fundación Rogelio Salmona de incentivar y reconocer la arquitectura que, a través de sus espacios abiertos, transforma positivamente los contextos urbanos en Latinoamérica. En 2024, el Jurado seleccionó 26 obras que con múltiples usos y escalas – como colegios, centros culturales, parques, viviendas, museos, infraestructuras o sedes gubernamentales-, enriquecen la discusión sobre como los espacios abiertos pueden generar bienestar en la ciudadanía. Estas obras están localizadas en México, Perú, Argentina, Ecuador, Brasil, Chile y Colombia.
El Premio “permite que desde la Fundación Rogelio Salmona se ponga el foco importante en espacios comunes que fomentan la tolerancia, ya que al encontrarnos nos conocemos, y si nos conocemos, ya confiamos el uno en el otro. Es incentivar esos escenarios de vida compartida”, asegura el arquitecto argentino Nicolás Campodonico, jurado del Premio. Un concepto que comparte el arquitecto colombiano Carlos Campuzano, jurado también, quien considera que, al ser tan importante en Latinoamérica, se hace conciencia de cómo la arquitectura de la región puede mantener espacios públicos en sus proyectos.
Colombia y Antioquia abanderadas
Con un juzgamiento de reconocidos arquitectos de Latinoamérica de Brasil, México, Argentina y Colombia, se premiaron proyectos, donde Colombia lideró las dos categorías.
Y es que como lo sugiere Ma. Elvira Madriñán Saa, presidenta de la Junta Directiva de la Fundación Rogelio Salmona, e impulsora del legado del arquitecto Rogelio Salmona en Latinoamérica y el mundo, en el cuarto ciclo se estableció la categoría Colombia, con el objetivo de reconocer aquellas obras de arquitectura que han transformado positivamente las ciudades en el país que da origen del Premio. “Para la Fundación, es especialmente valioso observar la alta participación en esta edición, donde la calidad de cada obra refleja el esfuerzo realizado en Colombia en favor del espacio público. Estas obras no solo continúan el legado de Rogelio Salmona, sino que también subrayan la relevancia de la arquitectura en el bienestar social y la consolidación de valores democráticos”, asegura Ma. Elvira Madriñán.
Categoría Latinoamérica, para un proyecto de Medellín
La categoría Latinoamérica se otorgó a la obra UVA Tanques EPM – Tanques de agua como parques públicos, en Medellín, un mega proyecto gestionado por Empresas Públicas de Medellín, donde se rediseñaron, con ayuda de la comunidad, y a través de talleres de imaginarios, 14 tanques de agua de EPM, ubicados en áreas altamente pobladas, convirtiéndolos en espacios públicos para el encuentro ciudadano y el fomento de la recreación y la cultura, donde actualmente se cuenta con áreas pedagógicas que usan diversos lenguajes, como la lúdica, el juego, la pregunta, experimentación y el arte, para la apropiación social y la construcción colectiva de conocimiento de la ciudad de Medellín.
“Es sorprendente cómo en cualquier lugar hay una oportunidad de crear espacios para la gente. Este proyecto es un ejemplo de ello”, recalca Carlos Campuzano. Pero, además, como lo afirma Nicolás Campodonico, el premio se dio porque es un proyecto prototípico con capacidad de réplica, no solo en Colombia, sino a nivel Latinoamericano. “Es destacable, además, su valor transformador. El cambio del antes y después de las UVA, es vital, al brindar a la comunidad espacios públicos de reunión con alta calidad, que hoy la representan”, recalca Campodonico.
Este proyecto nació en medio de un escenario de violencia entre 2008 y 2010, donde se necesitaba mantener estos tanques, pero, además, convertirse en solución, ya que eran islas oscuras en los territorios, cerradas y desconectadas de las comunidades. “Se intervinieron 14 de los 144 tanques que hay en Medellín, donde a través de talleres las comunidades imaginaron lo que querían del espacio. Hoy operados por la Fundación EPM, y en coordinación con el municipio de Medellín, se imparten programas sociales, donde participan desde los niños hasta integrantes de la tercera edad, y ha sido tal la apropiación, que una vez abiertas las UVA, la comunidad ha cuidado al 100% todo el equipamiento, las casas se han valorizado, y el espacio público adquirió un valor transformador, donde hay una nueva dinámica en todo el entorno”, recalca Horacio Valencia Corrales, jefe del Departamento de Diseños Arquitectónicos de EPM.
Así, cada UVA es un mundo co-creado con las comunidades. En todas hay chorros de agua donde los niños juegan y se refrescan; en otras hay auditorios o locales comerciales, teatros al aire libre, balcones, ludotecas, bibliotecas, centros deportivos o hasta una quebrada tipo cascada y no hay techos, sino cubiertas convertidas en espacios públicos también. “Es un proyecto donde se construye dignidad humana, y una creación que no depende de cuatro años de administración, sino que trasciende en el tiempo con visión de futuro”, asegura Mauricio Rocha, jurado del Premio por México.
Colombia representada por una obra en Vigía del Fuerte, Antioquia.
El galardonado en la categoría Colombia del Premio Latinoamericano de Arquitectura Rogelio Salmona, fue el Parque Educativo Saberes Ancestrales, ubicado en Vigía del Fuerte en Antioquia, un municipio cercano a Bojayá. Construido hace diez años, como parte de un proyecto de Parques Educativos impulsados por la Gobernación, es una obra que trae elementos y materiales típicos de la arquitectura del lugar, elevando la estructura 2,50 m, para evitar el impacto de las crecidas del río por la alta pluviosidad de la zona. En el edificio se desarrollan actividades para el esparcimiento, la educación y la cultura, -como ciclos de cine, presentaciones de danzas, teatro y música-, debido a que en el municipio no hay otro espacio de congregación ciudadana.
“Es un proyecto construido en el municipio más pobre de Antioquia, con mayoría de población afrodescendiente, donde fue la gente la que puso el nombre de Saberes Ancestrales, entendiendo cómo los representaba. Edificamos un espacio de identidad, como es el “patio del sabedor”, que hace las veces de plaza o parque principal del municipio, ya que no existe un espacio donde puedan estar juntos todos los habitantes, protegidos además de las incesantes lluvias. Y ha sido tal la apropiación de la comunidad – antes muy renuente – que hoy esa arquitectura les da la capacidad de sentirse orgullosos. No en vano las fotos matrimoniales y otros eventos tienen de fondo este Parque”, asegura Farhid Maya, uno de los arquitectos del proyecto.
Esto demuestra, como lo sugiere el jurado Carlos Campuzano, que no hacen falta grandes capitales, para que se den espacios de vida y encuentro. Un proyecto, que como lo afirma Nicolás Campodonico, tiene una sensibilidad especial hacia el entorno, el clima y usa los recursos de manera especial. “Allí no eran extraordinarios los recursos, sino la respuesta extraordinaria que se dio con lo que se tenía”, sugiere Campodonico.
Dos menciones especiales
Además, se entregaron dos menciones a proyectos de México y Colombia. El primero de ellos para el Centro Cultural Teopanzolco en Cuernavaca, México y el segundo para Parques del Río en Medellín.
El Centro Cultural Teopanzolco, está localizado en un predio frente a la zona arqueológica del mismo nombre, cuyo objetivo ha sido generar un espacio público significativo para la ciudad de Cuernavaca (México), al adicionar un auditorio al aire libre con vista a la zona arqueológica localizada en el terreno vecino. Un espacio perfecto para la convivencia ciudadana, equipado de un auditorio, una zona arqueológica y una plaza al aire libre, que ofrece una experiencia cultural enriquecedora.
Por su parte, Parques del Río Medellín, una obra inaugurada en 2017, teje la ciudad longitudinal y transversalmente, revitalizando el rio y transformándolo en jerarquía ambiental, cultural, educativa y deportiva, creando un eje de espacio público de convergencia ciudadana y ambiental a través del mejoramiento y aprovechamiento de suelos de oportunidad, infraestructuras, zonas verdes y espacio público aledaño, recuperando la relación de los ciudadanos con los sistemas hídricos de la ciudad y reconstruyendo la memoria colectiva en función de “devolverle la vida al río y el río a la ciudad y a sus habitantes”. Esto ha permitido apropiación e integración social, creando lugares de encuentro y cohesión social.
“Así, completamos ya un repositorio de más de 80 obras a nivel latinoamericano, que muestran que sí se puede hacer arquitectura para crear ciudades abiertas, como lo planteó el arquitecto Salmona. Pero, además, son ejemplos para replicar en cualquier sitio, con una visión ética e inclusiva de la arquitectura. Un orgullo más para la Fundación Rogelio Salmona con la que completamos 15 años de labores impulsando este tipo de arquitectura de calidad”, asegura Ma. Elvira Madriñán Saa.
En el evento, también se presentó el libro que recoge las memorias del Jurado y reúne las 26 obras seleccionadas en el cuarto ciclo 2024, y se inauguró la exposición que inicia su itinerancia en Biblioteca Pública Virgilio Barco y que se inaugurará el próximo 3 de noviembre en la Universidad de Lima.