Inteligencia artificial y sostenibilidad permiten construcciones más eficientes
Sin duda alguna, la Inteligencia Artificial es un tópico en tendencia. A ella se asocian la minería de datos, el reconocimiento de patrones, el aprendizaje automático y el big data, entre otros. Llegó a nuestra vida cotidiana y permeó en todos los campos de acción, hasta el punto de ofrecer soluciones en los más diversos sectores productivos. Como si fuera poco, ha privilegiado la innovación y la eficiencia industrial, simplificando procesos y automatizando tareas.
Algo similar sucede con la sostenibilidad, tema del que venimos hablando desde hace algunos años, y que ha logrado impregnar a todos los oficios e industrias con el objetivo de incentivar la economía y la producción, pero causando el menor impacto posible al medio ambiente. Hoy, la sostenibilidad es mandatoria y permite la creación de productos y servicios considerando factores ambientales y de eficiencia.
Una y otra son de suma relevancia y han demostrado ser de gran ayuda en los más diversos campos de acción. Pero, ¿qué pasa si las unimos?, ¿cómo se comportan la Inteligencia Artificial y la sostenibilidad trabajando juntas?
Cuando las ponemos a operar en llave, Inteligencia Artificial y Sostenibilidad unen sus esfuerzos para diseñar un mejor planeta. Lo cierto es que IA simplifica tareas y trabaja a partir del acertado manejo de la data en procura del cumplimiento de las políticas sostenibles. De este modo, es posible satisfacer las necesidades actuales, pero considerando las acciones adecuadas para no comprometer los recursos ni los entornos de las futuras generaciones.
Así, es claro que conforman una dupla estupenda para trabajar en acciones tan relevantes como la conservación y gestión de recursos o la preservación de la biodiversidad.
Al respecto, un estudio publicado en la reconocida revista científica Nature reveló que la Inteligencia Artificial puede contribuir con el cumplimiento del 79% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Vale la pena recordar que estos objetivos, conocidos como ODS, fueron promulgados por la ONU y algunas ONGs en el año 2015; son 17, cuentan con 169 metas y apuntan a conseguir un desarrollo sostenible en tres rubros: económico, social y ambiental. Es decir, buscan privilegiar el crecimiento de la economía y la producción, así como mejorar las condiciones de vida de las personas, sobre la base de la protección del medio ambiente.
Tal como lo refiere la ONU, “La Agenda de Desarrollo 2030 es un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad. También tiene por objeto fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad. La aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) representa una oportunidad histórica para unir a los países y las personas de todo el mundo y emprender nuevas vías hacia el futuro. Los ODS están formulados para erradicar la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar para todos, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático a nivel mundial.”
Ahora bien, en el sector de la construcción, campo que nos ocupa, Inteligencia Artificial y sostenibilidad se alían para que las obras y sus actividades se realicen de manera más eficiente, mejor planeada, considerando los factores que puedan afectar el proceso de edificación de manera inteligente y con unas políticas y procesos claros para preservar el entorno.
Incluso, ayudan a predecir errores, con lo cual, se calculan los riesgos y se controlan todos los escenarios posibles para llevar la obra a feliz término en el tiempo justo, con los recursos necesarios y con el menor desperdicio.
Esto, que se conoce como predicción de errores, cobra especial relevancia en la construcción, donde la seguridad es fundamental. En las tuneladoras, por ejemplo, Inteligencia Artificial y sostenibilidad van de la mano para prever averías que puedan afectar el desarrollo de una obra subterránea. La IA permite anticiparse considerando más de 3.000 factores que puedan producir un fallo, con lo cual se podrá tener una predicción y un camino más claro para la perforación, sin consumir energía ni recursos de más.
Este es solo uno de los ejemplos que hoy corroboran la buena alianza entre Inteligencia Artificial y Sostenibilidad, pero las posibilidades son inagotables.
Por otra parte, Inteligencia artificial y sostenibilidad promueven la economía circular y son el cimiento de la construcción de ciudades inteligentes, que son aquellas donde se establece un uso racional de los recursos (agua, energía, etc.), desde la perspectiva sostenible, y con un manejo acertado de la data, desde la arista de la IA. Ejemplo de ello son las aplicaciones para la gestión del tráfico, que ayudan a predecir trancones y ofrecer rutas alternativas en procura de la movilidad urbana y del menor impacto ambiental (con menos emisiones provenientes de los vehículos).
Con el nivel de sofisticación que hemos alcanzado, los procesos de construcción serán cada vez más eficientes, rápidos, inteligentes y limpios. La clave está en aplicar todo su potencial y abrir la mente para probar y encontrar nuevas aplicaciones que reviertan en prácticas cada vez más efectivas y amigables con el medio ambiente. Es decir, que sigan sacando el mejor provecho de Inteligencia Artificial y Sostenibilidad.
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